Melómano, na (n): dícese de aquel o aquella amante de la música o que siente pasión por ella.

Os lo confieso, si hay algo en lo que poseo pocas habilidades es en el plano musical. Cuando estudiaba música en el cole era de las que se apuntaba los nombres de las notas debajo del pentagrama para no confundirme y le temblaban las manos cuando tenía que tocar la flauta. Sin embargo, en mi vida no hay día sin música. 

Creo que soy de las pocas personas que todavía usa su iPod y pone banda sonora a las escenas de la vida diaria, como en las películas, y es que aunque de pequeña me ficharon para cantar en el coro, mi familia y amigos a día de hoy parecen no compartir la idea -o el oído- de esa profe -aunque a decir verdad, yo tampoco-, puesto que cada vez que me escuchan entonar me piden rápidamente que haga el favor de callarme.

A lo que iba. Si hay algo en esta vida que tiene el poder de cambiar mi estado de ánimo, de alterar mi sistema nervioso central, de hacerme sentir y enamorarme, ese algo tiene forma de música. Además, en la música me gusta de todo, por eso disfruto cuando alguien me descubre un artista o canción nuevas y, por eso mismo, me gusta recomendar canciones, porque quizás, gracias a mí, o a otros, descubras tu nueva melodía favorita. 

 ¡A bailar!

Estas son unas de las pocas canciones favoritas que me ponen a bailar de un salto en los días raros y lluviosos. 

Ahora es vuestro turno. ¡Todo el mundo -aunque sea bajo el anonimato- a recomendar música en los comentarios!

Nos leemos pronto,